San Pedro Sula. “Mi hijo cambio su comportamiento después de jugar hasta 24 horas ese juego de Free Fire, busque ayuda médica pero no puede salvarlo”, relata Roxana Antúnez, madre del menor que murió luego de volverse adicto a ese juego electrónico.

Los restos del infortunado joven David Antúnez son velados en una Iglesia Evangélica de la ciudad de San Pedro Sula, este día será sepultado en medio del pesar de su madre y resto de familiares.

La progenitora del adolescente de 16 años de edad dijo. “Mi hijo se volvió adicto a jugar, fue perdiendo el apetito y se volvió agresivo, no comía nada, solo quería pasar jugando, ya no se podía hacer nada por él, empezó con unas calenturas y el dolor en sus ojitos. Yo lo llevé a los hospitales y clínicas y todos los doctores me decían que él estaba sano, pero no era cierto”.

Agregó que su hijo fue decayendo a tal grado que dejó de hablar y mover sus manos, solo hacía señas como que estaba jugando ese juego.

En seguida recordó entre lágrimas que su vástago le decía que cuando estuviera sano volvería a jugar el juego.

“Estuvo tres meses que no comió no le sentía sabor a nada, me decía que yo le echaba algo a la comida, fue imposible rescatarlo, y murió”, finalizó la señora Antúnez.

Lo sucedido ha alertado a los padres de familia que se espera estén más pendientes de sus hijos y a la vez les regulen ese tipo de pasatiempos que al final son dañinas para la salud.